Consideramos que comer no se trata solo de alimentar el cuerpo. También se trata de nutrir el alma. Y la vida es demasiado corta para comida del alma mediocre. Nos aseguramos de que cada plato que servimos satisfaga todo su ser. Crujiente, sabroso, dulce, jugoso y satisfactorio. Eso que le apetece es lo que queremos servir.

Pirenasian abrió sus puertas un día de verano en 2012. Después de años de viajar por Asia, decidí dejarlo todo y construir el local de de gastronomía asiática de mis sueños. Ingredientes de alta calidad, recetas suculentas y mucho amor y cuidado. Por no mencionar un diseño interior acogedor, estupenda música y atmósfera súper "amigable".